Recomendaciones para mejorar el rendimiento de los coches eléctricos en invierno
Los coches son sensibles al frío, especialmente sus baterías. La Asociación Americana del Automóvil ha publicado un estudio que revela que en una temperatura de 7 grados bajo cero la autonomía de la batería del coche eléctrico disminuye hasta en un 12%
Las bajas temperaturas hacen que aumente la resistencia interna de las celdas de la batería, lo que ralentiza el proceso electroquímico que tiene lugar durante el tiempo de carga.
Esta es la razón por la que los fabricantes reducen la velocidad de carga a temperaturas bajo cero para proteger la batería. También el motivo por el que los coches eléctricos suelen tener un sistema de gestión de la batería que mantiene un rango de temperatura ideal, incluso cuando el motor está parado.
Además, el uso de la calefacción obliga a que una pequeña parte de la energía se destine al funcionamiento de este elemento; lo que merma el porcentaje que se destina al motor. Esta es la razón por la cual al mantener el habitáculo caliente el kilometraje por recarga se ve disminuido y te ves obligado a hacer paradas imprevistas. Por ello, en caso de que vayas a viajar con temperaturas bajas, lo más conveniente es hacer una buena planificación.
Los coches de combustión generan el calor para la climatización directamente de la batería, pero esto no supone un gasto de energía adicional. Por el contrario, los coches enchufables también la generan en la batería, pero en este caso sí se convierte en un gasto adicional.
Y no solamente la climatización del coche afecta la autonomía. En invierno también se necesitan los parabrisas, la luneta térmica… y usar todo al mismo tiempo requiere de más energía.
Por otra parte, el frío reduce la rapidez en la que fluye la energía por el coche. Esto significa que tanto la aceleración como la rapidez de repostaje no serán iguales a cuando hay una temperatura óptima, de entre 21 y 24 grados.
Esto además limita la frenada regenerativa, y todo, en conjunto, provoca una pérdida de alrededor de 25% de kilómetros entre repostajes.
Los aceites se vuelven más espesos por las bajas temperaturas. Por lo tanto, el fluido que recorre la transmisión crea fricciones internas y que afectan el funcionamiento del coche.
Esto además se traduce en que aumente la tensión al girar por el grado de viscosidad del aceite. Incluso, provoca que al momento de arrancar el coche el motor no encienda, y solo suene un chasquido por la lentitud de la reacción de los iones.
Pero aunque la batería se vea afectada, esto no interfiere en el proceso de carga del coche, ya que puedes repostar en cualquier punto sin inconvenientes. Ahora bien, no es igual cuando se utiliza un punto de carga rápida.
Ten en cuenta que el coche debe estar a cierta temperatura para poder ser cargado en estas estaciones, de modo tal que pueda cargar de manera óptima. Se recomienda, justamente, repostar después de haber conducido.