El periodo de amortización de las instalaciones fotovoltaicas se reduce a la mitad
La guerra en Ucrania ha sido el gran remate para el mundo de la energía. Ya 2021 fue un año complicado en los precios por el efecto que tuvo la gran recuperación económica tras la crisis del covid. Pero la invasión rusa ha elevado aún más la tensión, ante la amenaza de una potencial escasez de recursos en gran parte del mundo occidental. Lo que ha generado que los precios de la energía sean cada vez más altos.
La subida del precio de la electricidad convencional ha favorecido que las instalaciones de paneles solares se amorticen en cerca de cinco años y que la factura de la luz se reduzca a la mitad. El encarecimiento de la energía reduce el ahorro de la familias, pero también el periodo medio en el que se amortiza la instalación de las placas solares en los hogares.
Según Miguel Ángel Gómez, presidente de la Federación Nacional de Empresarios de Instalaciones de España (FENIE) "hace unos años rondaba los nueve o diez años y ahora ronda los cinco años de media"
"Una instalación fotovoltaica repercute positivamente en el cliente y, por ende, en toda la población, al ser una energía 100% limpia", añade el director de EDP Solar, Gabriel Nebreda.
Según sus datos, el autoconsumo permite un ahorro por hogar cercano al 50% en la factura final, llegando incluso a un 9% de reducción en el consumo de energía y por lo tanto en su precio.
Alta Inversión
No podemos negar que el principal inconveniente para muchas familias a la hora de instalar paneles solares en sus viviendas es la elevada inversión inicial que deben hacer.
Actualmente, una instalación promedio para una vivienda unifamiliar es de alrededor de 7000 euros, lo que complica la situación para muchas de las personas que desean producir su propia energía.
Sin embargo, poco a poco la situación está cambiando y, además de proliferar las herramientas de financiación o las subvenciones, el periodo de amortización es cada vez más reducido.
Importancia de las ayudas
Los altos precios de la energía contribuyen a amortizar de un modo mucho más acelerado la inversión en instalaciones fotovoltaicas, pero la intervención de las ayudas sigue siendo necesaria.
No sólo las que provienen de los programas estatales de subvención y de los fondos europeos, sino de otras medidas como las bonificaciones en el Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI), las deducciones en el IRPF.